Los cementerios de Chile están cargados de leyendas e historia, Un recorrido por estos camposantos no solo te permitirá conectarse con quienes ya dejaron este mundo, sino también conocer la forma de afrontar la muerte que tiene cada región del país.
Porque #HayChileParaTodasyTodos, queremos aprovechar la cercanía del Día de Todos los Santos para contarte sobre ocho cementerios de Chile.
1. Cementerio San Miguel de Azapa
Foto: @lamotera
A 12 kilómetros (km) de la zona urbana de Arica se ubica el Cementerio de San Miguel de Azapa, de origen precolombino y con más de 2.000 años de historia.
Se caracteriza por su ornamentación con cruces y por la forma en que la comunidad presenta las ofrendas, con música y comida para reconectarse con aquellos que ya no están con nosotros.
2. Cementerio Gatico de Tocopilla
Foto: @mirando_por_un_lente
A la altura de Tocopilla, a un costado de la Ruta 1 se ubica el Cementerio Gatico, al norte del desaparecido pueblo que llevaba el mismo nombre.
Declarado zona típica en 1981 y de no más de 30 metros cuadrados, el camposanto mantiene tumbas, animitas y mausoleos de larga data, con algunos abandonados y saqueados con el paso del tiempo.
El pueblo de Gatico fue un importante polo tecnológico-minero a inicios del siglo XIX, pero se vio afectado por la gran depresión de 1929 y quedó sepultado tras un aluvión en 1940. Al día de hoy, los restos de su camposanto son historia viva de la Región de Antofagasta.
3. Cementerio Vergara en María Elena
Foto: @calamavibra
Nos movemos al Cantón El Toco, a 180 km al noreste de Antofagasta. Allí se localiza el Cementerio Vergara, el cual funcionaba para la otrora oficina salitrera José Francisco Vergara.
La salitrera fue fundada en 1918 y funcionó por un par de décadas antes de verse afectada por la gran depresión, cesando sus operaciones en 1938 para pasar a operar como campamento para los trabajadores de Coya Sur, María Elena y Pedro de Valdivia, antes de cerrera definitivamente en 1976.
Aunque solo quedan ruinas, aún algunos descendientes y familiares acuden al cementerio para visitar a sus deudos.
4. Cementerio Laico de Caldera
Foto: @madgreenowl
Ahora nos trasladamos hacia la Región de Atacama, donde un viaje hasta el puerto de Caldera nos permitirá visitar el primer cementerio laico o lego de Chile.
Declarado Monumento Nacional, el camposanto fue inaugurado en 1876 y su construcción estuvo a cargo del otrora gobernador de Caldera Domingo Reyes y Gómez, en una época donde la ciudad gozaba de intenso movimiento por la actividad de las minas Chañarcillo y Tres Puntas.
La arquitectura del lugar destaca por mantener hermosas bóvedas, mausoleos y tumbas hechas por inmigrantes alemanes, ingleses e italianos, lo que se puede constatar en los epitafios de distintos idiomas.
5. Cementerio General
Foto: @cementerioschilenosypatrimonio
El más grande y más antiguo de Chile, el Cementerio General es un emblema y uno de los cementerios más importantes de Latinoamérica.
Ubicado en Recoleta, el camposanto da descanso a más de dos millones de difuntos, entre ellos próceres de la patria. Un verdadero museo al aire libre, sus divisiones por barrios de distintas clases sociales reproducen entre sus paredes cómo se ordena la sociedad de los vivos.
Fue fundado por Bernardo O’Higgins un lejano 9 de diciembre de 1821. A la fecha, sigue siendo el principal cementerio de nuestro país y el que alberga la mayor cantidad de funerales.
6. Cementerio de Rancagua
Foto: @cementerioschilenosypatrimonio
Distintas leyendas rodean al Cementerio Nº1 de Rancagua. Acá se encuentra el conocido mausoleo de Tito Lastarria, el cual está lleno de agradecimientos por supuestos favores concedidos.
La leyenda dice que Tito Lastarria era un vampiro que fue encadenado al interior de la tumba debido a sus constantes maldades. Los vecinos dejaron cuatro cruces en la cúpula, las que funcionarían a modo de custodia para mantener apresado al cautivo.
Se dice que cuando las cuatro cruces caigan, el vampiro buscará a todos los descendientes de quienes lo encerraron vivo.
7. Cementerios de Chiloé
Foto: @unalmachilote
Distanciándose de las estructuras de mármol y cemento, los cementerios de los sectores rurales de Chiloé son casas-tumbas hechas para que los muertos las habiten eternamente.
Estas estructuras fúnebres simulan los hogares donde vivían los muertos cuando estaban con vida, manteniendo el estilo arquitectónico de la isla.
Los más reconocidos son los de Huillinco, Cucao, Vilupulli, Cailín, Quilquico y Teupa. Este último llama la atención por los pajaritos, estrellas y cruces que adornan los techos de las tumbas.
8. Cementerio de Punta Arenas
Foto: @javierayala.lc
Dada su belleza estilística, el Cementerio Municipal de Punta Arenas se ha consolidado como uno de los atractivos más concurridos de la capital regional de Magallanes.
Su construcción está enmarcada en la migración europea que hubo en la Tierra del Fuego durante el siglo XIX, motivada por la búsqueda de oro, la crianza masiva de ovejas y las facilidades entregadas a los colonos.
La influencia de distintas nacionalidades y credos se integró de manera armónica en el camposanto, cuyo carácter ecléctico llama la atención de los visitantes.