Frente a Pichigangui, pero hacia la cordillera, se extiende el mágico Valle de Quilimarí, tierra de fuertes tradiciones campesinas y sorprendentes tesoros minerales, arqueológicos y ferroviarios. A lo largo del río que le da su nombre, fluye una ruta de bienestar y salud vinculada al cuarzo, siendo un turismo que ha crecido mucho en los últimos años.