Desde hace un par de décadas, la Región de Atacama empezó a hacer noticia por un incipiente «Desierto Florido», seguido por el traslado a Chile y Argentina del Rally Dakar, que en su próxima versión incorpora a Perú.
En este período, con el transcurso del tiempo, ha ido develando sus grandes atractivos naturales, como los que posee en su zona costera sur.
Como en primavera es posible que vayas a conocer el «Desierto Florido», fenómeno natural producto de inusuales precipitaciones en el extremo sur del Desierto de Atacama, el más árido del mundo, es aconsejable extender la visita a los atractivos y balnearios ubicados al sur de Caldera.
Así tendrás la oportunidad de conocer hermosos paisajes y playas en que podrás desarrollar una gran variedad de actividades, facilitadas por un benigno clima durante todo el año.
Para llegar a esta región se puede hacer por vía aérea con una hora veinte minutos de vuelo o vía terrestre a través de la Ruta Panamericana Norte, en un viaje de 807 km. desde Santiago.
Las dunas del Dakar
Primero, una mirada regional: desde Copiapó, capital de la misma, existen servicios turísticos para sustentar un recorrido por todo el Desierto de Atacama, al igual como en sus demás ciudades y pueblos. Si el arribo es por aire, es posible observar el desierto en plenitud desde el aeropuerto «Desierto de Atacama», situado a 27 km. al sur este de Caldera.
El viaje por tierra a través del desierto presenta un sorprendente paisaje de especies cactáceas que cubren lomas y quebradas. Verás como las ciudades y pueblos se erigieron en torno a la explotación minera. Vestigios de asentamientos humanos también forman parte del mismo.
Los paisajes dunarios sirven de marco envidiable para el Rally Dakar y también para la aventura por medio del off-road 4×4 y el sandboarding, mientras que el excursionismo se desarrolla en toda la región, ya sea en tramos del Sendero de Chile, rutas de interés paleontológico, de turismo rural, ecoturismo, patrimonial e histórico.
Más allá de valles y desiertos, impresionan los Andes Atacameños, donde destaca el volcán activo más alto del mundo, el Ojos del Salado (6.893 m.s.n.m), que impone desafíos a los deportistas más experimentados.
Aguas temperadas y Desierto Florido
Bajo un radiante sol, interrumpido por neblinas denominadas «camanchacas», en el borde costero esperan al visitante playas con aguas color turquesa, de arenas finas y blancas y, más al interior, verdes valles productores de exquisitos licores y frutas que contrastan con las dunas y cerros áridos del desierto.
Caldera es el centro de la actividad turística costera de la región, donde destacan sus playas de aguas templadas y suave oleaje, aptas para el baño y los deportes náuticos. Desde esta ciudad-balneario es posible iniciar recorridos a agradables playas, tanto hacia el norte como el sur.
Hacia el sur, a 6 km. se ubica Bahía Inglesa, un afamado balneario con playas muy atractivas. Fue conocida originalmente como Puerto del Inglés por las visitas de corsarios ingleses en el siglo XVII, capitaneados por Edgard Davis.
Este balneario cuenta con una muy adecuada infraestructura turística para quienes desean disfrutar de la tranquilidad y calidad de sus playas.
Más al sur, por ruta pavimentada, hay varias de ellas con instalaciones sanitarias y áreas de camping durante el período estival.
Siguiendo al sur hacia Huasco, por el sector costero se encuentra el Parque Nacional Llanos de Challe, una zona con un hábitat de gran diversidad tanto en flora como en fauna, y muy representativa del llamado «Desierto Florido».
En el área se encuentra la formación vegetal denominada Desierto Costero de Huasco, con gran cantidad de cactáceas y otras especies notables como la Garra de León, cuando ocurre el fenómeno del «Desierto Florido».
Está situado 50 km. al norte de Huasco y es posible realizar excursiones por el día y acampar en sitios a cargo de Conaf en el sector de Playa Blanca.
Sólo algunos km. al poniente y continuando por el camino público se arriba a la famosa caleta de Carrizal Bajo, con instalaciones de camping en período estival
Desde Huasco (y Vallenar) es posible acceder al Circuito de los Olivos.