Un territorio casi inexplorada, este santuario natural desafía las leyes de la naturaleza y alberga lo improbable. Posicionada sobre restos de corales que se dan exclusivamente en zonas tropicales, en su interior se cruzan laberintos de cavernas de mármol y sus vientos que alcanzan los 200 kilómetros por hora junto con las intensas lluvias, han moldeado su casco de caliza que se disuelve con agua, dando origen a escarpadas cimas y montañas, que no se ven en ningún otro lugar, atrayendo a centenares de antropólogos y geólogos al año