Se acerca el día del Patrimonio Cultural y es el momento para celebrar y reconocer las paradas culturales que ostenta nuestro país. Pequeñas cláusulas que atrapan el tiempo y nos transportan a otra época y lugar, para conocer las raíces de los tiempos pasados de Chile.
El Teatro Municipal es uno de los mejores lugares que guarda esta mística temporal con espectáculos de lujo en el principal escenario de Chile y uno de los más importantes de Sudamérica, que se convirtió en 1974 en Monumento Nacional.
Con más de 150 años de tradición y más de 300 funciones anuales, el Teatro Municipal es un emblema nacional, y no es por nada que más de 250.000 espectadores llegan a su sala principal al año: este monumento tiene un largo prontuario de obras exitosas y de categoría mundial, desde su inauguración en 1857 con la ópera “Ernani” de Giuseppe Verdi, obra importantísima en la Europa de esos años, ya que fue la que introdujo el Romanticismo en París, rompiendo las convenciones del teatro francés hasta ese entonces.
Tras sus bastidores, han pasado grandes exponentes, como la bailarina rusa Anna Pavlova y el compositor italiano Pablo Mascagni, quienes marcaron la vida cultural del país en los años XX.
Luego, en la evolución cultural de estos años, el teatro desarrolló otros géneros artísticos como la danza y los conciertos sinfónicos y así fue como necesitó de un equipo que estuviera siempre presente, dando origen a los cuerpos estables que se mantienen hasta el día de hoy: Ballet de Santiago, la Orquesta Filarmónica y el Coro del Teatro Municipal.
Pero no todo acerca de este fascinante lugar se trata de presentaciones, su imponente sala principal y sus majestuosos salones hacen del recorrido por el lugar una experiencia única.
Ya desde su fachada se evidencia el tesoro histórico que esta construcción representa, con las estatuas de las musas inspiradoras de las artes, los distintos vestíbulos con ostentosas decoraciones y sus pasillos que guardan un sinfín historias del pasado.
Pero lo realmente impactante, es la ya nombrada Sala Principal, donde no podrás dejar de mirar el cielo raso que deleita a los visitantes cuando alzan la vista: ilustraciones alegóricas que representan la música, la danza, la tragedia y la comedia, pintada en tela, nada más ni nada menos que en Roma, una lámpara de cristal con 98 luces que cuelga del centro y todo esto rodeado por una infraestructura convenientemente barroca, que hace de esta sala un lugar de ensueño.
Su interior se divide entre platea, dos pisos de palcos, balcones, galería y anfiteatro, donde el palco XXI “Beethoven”, cuenta con la mejor vista de toda la sala, que tiene una capacidad de 1.400 espectadores.
El Teatro Municipal no es tan solo el escenario más importante de Chile, sino también un edificio de importante valor histórico, arquitectónico y patrimonial.
Se realizan visitas guiadas, que tienen la misión de ser un primer acercamiento al teatro, para quienes no forman parte de la fiel audiencia, como también una nueva perspectiva del mismo, para aquellos que permanentemente visitan este lugar. Permite generar una puesta en valor de nuestro patrimonio, identificando cuál es su vínculo con la historia que nos envuelve como ciudadanos.
Este monumento nacional ha pasado por todo: 3 terremotos y 2 incendios, pero aun así mantiene su magia intacta, ese viaje en el tiempo inevitable que provocan sus espacios al momento de entrar por cualquiera de las 3 puertas de ingreso, hacen que sea un imperdible al momento de elegir tu próximo panorama, un espectáculo en el Teatro Municipal.
Foto portada: (cc) Alobos Life