En 1995 el Parque fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco debido a, entre otras cosas, la dedicada preservación de sus Moai, estas monumentales esculturas que mantienen vigente la cosmovisión y cultura, no sólo de la isla, sino que de su gente.
Estas estatuas son probablemente el atractivo más importante y afamado de la isla, ya que son consideradas como obras maestras del ser humano, y sus orígenes datan de hace miles de años.
¿Cuál es el origen de los Moai de Rapa Nui?
Una vez que se aterriza en Rapa Nui, una de las preguntas más recurrentes realizadas a los isleños es ¿por qué se construyeron los Moái? La realidad es que hay interpretaciones más que certezas, pero la mayoría de las versiones apuntan a que fueron construidos y encargados por cada clan de la isla en honor a sus antepasados, para conservar su protección después de fallecidos.
De hecho, hay un mito extendido en Rapa Nui que dice que después de muertos, los ancestros mantenían un poder espiritual para proteger a sus clanes, por lo que las esculturas estarían relacionadas a ellos y sus poderes después dela vida.
Desde documentales, hasta historiadores se han dedicado a comprender a los Moai y cómo fueron construidos, ya que al ser de piedra volcánica y de gran altura (4 metros en su mayoría), su dificultad es evidente.
Gigantes de piedra
Numerosas investigaciones apuntan a que los escultores primero elegían las piedras y las comenzaban a tallar, para luego trasladarlas sobre unos “trineos” de madera, que se tiraban con cuerdas sobre troncos y desplazados desde la zona de la cantera del volcán «Rano Raraku», desde donde fueron tallados tempranamente.
En toda la isla hay cerca de 900 esculturas, particularmente en la zona de la cantera, donde se calcula que hay cerca de 400 esculturas distribuidas en todo el terreno. Cuando caminas por ese sector, de la mano de un guía especializado, puedes entender la magnitud del trabajo que existió detrás de estas creaciones, las cuales conllevan una tremenda importancia, tanto hoy como hace miles de años atrás.
Sumados a los Moais de «Rano Raraku», se calcula que cerca de 280 de ellos se encuentran en los «Ahu», centros ceremoniales que incluyen plataformas donde se ubican algunas de estas esculturas.
Lugares Sagrados
Los «Ahu» se caracterizan por su majestuosidad, ya que se ven a los Moái ubicados uno al lado del otro sobre una plataforma o altar de roca, lo que le entrega aún más altura a su ya impactante presencia. Los «Ahu» eran considerados lugares sagrados dedicados al culto de los antepasados, ya que además eran un lugar funerario donde los jefes de cada clan eran sepultados. De esta manera, cada linaje o clan mantenía su centro ceremonial en un sector cercano a la costa, desde el cual resguardaba una parte del territorio hacia el interior de la isla.
Los más conocidos son el «Ahu Tongariki», «Ahu Nau Nau» y el «Ahu Akivi». El «Ahu Tongariki» es una de las postales más afamadas de la isla, con el océano Pacífico a sus espaldas, los 15 Moai que se sostienen en la plataforma, crean una imagen que ha dado la vuelta al mundo y ha colaborado con el imaginario que rodea a la isla.
El «Ahu Nau Nau» se encuentra en la playa de Anakena, por lo cual también es uno de los más fotografiados y venerados y el «Ahu Akivi» es de los pocos centros ceremoniales que se encuentran construidos dentro de la isla, muy cerca del volcán «Maunga Terevaka», el punto más alto de la isla.
Por último, no todos los Moais fueron creados de los mismos materiales. La mayoría (más de 800) se construyeron con piedras volcánicas, pero en otros se utilizó escoria roja y basalto. Además, tampoco tienen el mismo tamaño, por ejemplo, una de las esculturas más sobresalientes es el «Te Tokanga» (El Gigante) que mide más de 21 metros y pesa más de 270 toneladas, sin embargo, nunca fue terminado ni sacado de la roca donde se talló.
Moai Paro
Otro gran Moai es el «Moai Paro» que, aunque no se encuentra en pie, tiene una altura de 9 metros y, si se consideran sus partes por separado, hay una cabeza de más de 3 metros, un cuerpo 6 metros y unas orejas de 2 metros. Su «pukao» o sombrero es el más grande de toda la isla, con un peso superior a las 17 toneladas.
Finalmente, otro aspecto que marca la diferencia entre ellos, son las etapas en las que se crearon los moáis. Los primeros son más pequeños y tienen la cabeza y el cuerpo más redondeado, mientras que en otras fases se fueron estilizando, adquiriendo formas más rectas, orejas grandes y narices largas. No hay ninguna escultura igual a otra y eso se debe a que, según cada una representa a algún dios o ancestro, por lo tanto, los rasgos estarían personalizados.
Estos son sólo algunas de las características y secretos de los increíbles Moai de Rapa Nui, unas de las creaciones humanas más llamativas y originales del mundo, un verdadero nido de mitos y misterios que conforman a uno de los pedazos de tierra, más fantásticos del planeta.
Una recomendación importante cuando los visites es que muchos «Ahu» se encuentran en ruinas, por lo cual, hay que prestar especial atención en aquellos lugares donde no están perfectamente levantadas las plataformas, pues no se permite caminar o subirse a ellos, respetando todas las representaciones arqueológicas del territorio Rapa Nui.