Nuestro país es una tierra de contrastes geográficos y paisajes sobrecogedores, y eso se vive en primera fila desde los miradores de Chile. Desde el corazón del Maule hasta el fin del mundo en Magallanes, existen puntos elevados, algunos naturales, otros construidos, que te permiten contemplar lo inmenso, lo salvaje y lo indómito del territorio.
Te llevamos por cinco miradores espectaculares que no solo ofrecen vistas, sino verdaderas experiencias visuales, emocionales y fotográficas. Ya sea para fotografiar, meditar o simplemente admirar la naturaleza, son el escenario perfecto para conectarse con los paisajes más sobrecogedores del país.
Los cinco miradores más épicos de Chile
Viaducto de Pelluhue, Maule: Entre quebradas y amaneceres mágicos
Mirador del viaducto de Pulluhue. Fotografía: @Turismo.pelluhue
En el litoral del Maule, a solo 14 kilómetros de Curanipe, se esconde una joya visual que no muchos conocen, el viaducto de Pelluhue. Más que una estructura de paso, este puente de 134 metros de longitud y 32 metros de altura es un balcón natural hacia la costa.
Desde su cima, se despliegan paisajes de bosques nativos, aves sobrevolando quebradas y un horizonte que se tiñe de oro al atardecer. Una parada obligada para quienes viajan en busca de silencio, belleza y un momento para contemplar la conexión perfecta entre obra humana y naturaleza.
Salto del Itata, Ñuble: la fuerza vertical del sur

Fotografía: @chile.en.una.imagen
A solo 18 kilómetros de Yungay, el Salto del Itata sorprende por su caída de agua majestuosa y su entorno silvestre. Rodeado de vegetación frondosa y acceso controlado, este mirador ofrece una vista privilegiada de una de las cascadas más imponentes de la región.
Ideal para escapadas cortas, amantes de la fotografía y quienes quieren experimentar la energía pura de la naturaleza en movimiento.
Parque Nacional Laguna del Laja, Biobío: La mejor vista al Volcán Antuco

Fotografía: Sernatur
Si hablamos de miradores de Chile que impactan por su inmensidad, este lugar se lleva todos los premios. Desde los senderos del Parque Nacional Laguna del Laja, especialmente en invierno, se obtiene una vista inolvidable del volcán Antuco y Sierra Velluda.
Ya sea desde el centro de ski o las rutas de trekking como el Sendero Las Chilcas, encontrarás postales inolvidables como glaciares milenarios, lagos congelados y cumbres nevadas que dominan el horizonte.
Saltos del río Ibáñez, Aysén: Un espectáculo visual
Fotografía: @elinstadetri
En plena Patagonia, a solo 6 kilómetros de Puerto Ibáñez, te espera uno de los miradores de Chile más intensos del sur: los Saltos del río Ibáñez. Formados tras la erupción del volcán Hudson, estos saltos no solo son un espectáculo visual, sino también histórico y geológico.
Desde los miradores habilitados puedes observar la furia del agua cayendo sobre las rocas, rodeada por un telón de fondo patagónico, lleno de montañas, niebla y vegetación nativa.
Cerro Dorotea, Magallanes: Un mirador con vista a dos países
Fotografía: @Soykarenespinoza
¿Quieres sentir que estás al borde del mundo? Entonces sube el Cerro Dorotea, un cordón montañoso que separa Chile de Argentina.
Desde sus 800 metros de altitud, permite ver Puerto Natales, el fiordo Última Esperanza y la vasta estepa del lado argentino, es decir, tiene vista a dos países diferentes.
El acceso se hace desde una estancia local y, si el clima lo permite, las vistas son absolutamente épicas. Es el único de estos miradores de Chile donde puedes ver dos países al mismo tiempo, lo que lo transforma en una experiencia única para quienes buscan panorámicas fuera de lo común.