El Santuario de Isluga es un lugar lleno de historia ancestral. En aquel lugar se celebraban ceremonias y rituales religiosos por las comunidades aymaras. Por su carácter de centro ceremonial, el poblado permanece deshabitado durante todo el año, excepto para las fiestas y conmemoraciones, con música y bailes tradicionales. La iglesia responde al patrón constructivo característico al de las del norte del país, al que se puede denominar como etno-vernacular andino.