Además de su prestigiada tradición en vinos alta calidad, los aromas y sabores de la Región del Maule cautivan los paladares de sus visitantes, mediante variadas preparaciones de comida criolla y de mar.
Esta región es una zona de costumbres campesinas por excelencia. Su gastronomía y tradiciones hacen de ella un lugar inigualable en el que podrás disfrutar y compartir lo mejor de la mezcla entre el campo y la ciudad.
Además, los aromas y sabores de la zona van acompañados de llamativos eventos gastronómicos. Como es el caso del Chancho Muerto, que todos los años, en el mes de agosto, deslumbra con sus exquisitas preparaciones en la gran fiesta «Estamos de Chancho Muerto en Talca». Otras delicias con cerdo son el arrollado de huaso, el queso de cabeza y las patitas cocidas.
El «Chancho en Piedra» es una tradicional preparación de la región que no puede faltar en tu mesa. Su ingrediente principal son tomates maduros con ajos que se machucan en un mortero de piedra. Prestigiados son los quesos y mantequilla del Fundo de Lora, cercano a Licantén. También están los quesos de Chanco, elaborados con leche de vaca, oveja o cabra. Lo mismo con los quesos frescos de Loncomilla.
Mariscos y pescados
La Ruta de Las Caletas merece una visita a los variados establecimientos de alimentación con fresquísimos pescados como congrio, corvina, lenguado y sierra, presentados gastronómicamente de diversas formas y sabores. Famoso es el congrio frito: medallones adobados sólo con limón, ajo y orégano, envueltos en un crujiente batido, lo que permite tener una carne jugosa. En cuanto a la sierra, esta es muy apetecida ahumada, acompañada de frescas ensaladas.
Entre los mariscos que abundan en la costa, las jaibas y los locos se llevan los honores con recetas tan simples y perfectas como el chupe (trocitos blandísimos mezclados con crema de leche, pan blanco, aceitunas y ají de color), servido en un librillo de greda. Y el pastel de jaiba, imperdible al paladar más exigente. También, la paila marina, el mariscal caliente o frío, pero siempre cocido.
La «Lisa a la Teja» es del sector de Rancho Astillero (Constitución), la última estación del ramal Talca- Constitución. Se cocina el pescado al calor de las brasas, entre dos tejas, adosado con sal, ajo, cebolla y mantequilla. Otra preparación típica es el «Pollo a la Marinera», que incluye mariscos, chancho, longaniza y papas fritas.
Esta es la zona del país donde se produce la mayor cantidad de litros de vino. Por lo mismo, por medio de las rutas del vino Valles de Curicó y Valle del Maule, prestigiosas viñas invitan a conocer el arte de la vitivinicultura y la magia de sus bodegas. De esta forma, ofrecen al turista la posibilidad de hospedarse en sus casas de huéspedes, efectuar tours con finas degustaciones de sus cepas o bien permiten disfrutar de un exquisito almuerzo o cena en refinados restaurantes; todo acompañados con vinos de indiscutida excelencia.
También existe un licor característico de la zona: el pipeño. Este último, la chicha y el vino se elaboran hace más de un siglo en viñas artesanales de Villa Alegre, San Javier y Rincón de Mellado. Con la cepa «País», cultivada en el Maule, se producen vinos tintos, pero sobre todo chicha y pipeño. Este último es un jugo de uva fermentado, que no requiere ser sometido a todas las etapas de vinificación. En estos últimos años se ha convertido en el licor ideal para la preparación del famoso «terremoto». El pipeño también es un vino característico de la comuna de Quillón, en la Región del Biobió.