¿Marraqueta, hallullas, pan amasado? Conoce cómo hacemos el pan en Chile

En esta nota te contaremos cómo hacemos el pan en Chile; un producto icónico y legendario que no puede faltar en la mesa chilena, en un buen desayuno o en la once, acompañado con un té caliente, un café y una paila de huevo revuelto.

¿Sabes de dónde viene la palabra «once»? ¡Sigue leyendo!

La historia del pan en Chile

¿Sabías que nuestro país es el segundo consumidor de pan en el mundo después de Turquía? Los protagonistas de la historia han sido los campesinos productores de trigo y sus molineros. A esto le sumamos los panaderos, que con sus manos elaboraron durante décadas el famoso pan chileno, distribuyéndolo muchas veces “a domicilio”, sobre todo en el campo.

¡Consumimos cerca de 90 kilos de pan al año!

Existen muchos mitos e historias sobre la creación del primer pan. Algunas teorías dicen que hay que remontarse a la época neolítica cuando se mezclaban las semillas y cereales en una olla, los que eran triturados hasta convertirse en papilla calentada a fuego lento.

La historia cuenta que un día un hombre que se olvidó y dejó la preparación por más tiempo del debido. Cuando volvió, se percató de que se había creado una especie de galleta inflada con excelente sabor.

Hay otras teorías que dicen que, producto de las guerras del siglo XX en Europa, el pan se convirtió en un elemento clave de supervivencia. Luego de la 2da. Guerra Mundial, llegaron inmigrantes españoles, italianos, alemanes y franceses, quienes trajeron toda la esencia culinaria del Viejo Continente.

Fue así como surgieron las pequeñas panaderías en las mismas casas, las que luego se fueron convirtiendo en grandes negocios familiares que crecieron hasta el día de hoy.

¿Marraqueta, hallullas, pan amasado? cómo hacemos el pan en Chile

¿Cómo hacemos el pan?

Importante: La receta es muy similar para todos los tipos de panes, solo cambia el tiempo que permanece en el horno y los secretos al amasar la masa.

Aquí te dejamos una receta tipo para que hagas tu propio pan casero

Ingredientes

  • 1 kilo de harina
  • 20 gramos de sal
  • 50 gramos de manteca
  • 15 gramos de levadura
  • 600 cc de agua y una pizca de azúcar (si lo deseas).
  • 100 mm de aceite.

Mezcla la levadura con el agua tibia (y el azúcar, si así lo decidió) y déjalo reposar unos 20 minutos. Agrega esta mezcla con la harina sobre la mesa para luego amasar. Disuelve la sal en otra media taza de agua y agregarlo. Luego agrega el aceite y amasa por una media hora.

Después, recorta la masa dependiendo el tamaño del pan y adorna con la punta del tenedor. Deja hornear a fuego medio durante media hora, aproximadamente.

Y se creó la memorable marraqueta

Marraqueta tostada con huevo

¡Exquisita! ¡Deliciosa! Y aún así nos quedamos cortos. La marraqueta es el pan más saludable de todos, ya que solo se cocina con harina, agua, sal y levadura. Se estima que en Chile se consume un 70% de marraqueta y se puede acompañar de diversos productos.

Desayuno y once: Con mermelada casera, miel, manjar, dulce de leche, quesos (en sus diversas variedades) y fiambres.

Almuerzos: ¡Sándwich en todas sus formas! Con pollo, pescado frito y carne. Aquí nacen los famosos chacareros (con porotos verdes) y el inigualable italiano que se acompaña con palta, tomate y mayonesa casera.

¿Cómo hacemos el pan? Con mucho cariño y una cuota de intuición. Ojo, que además esta delicia tiene varios nombres según la zona de Chile donde estés. En el norte del país se le conoce como pan francés, en el sur como pan batido y en el centro como la irreemplazable marraqueta.

Pan amasado: un infaltable de la mesa en el sur y en el campo chileno

El pan amasado hecho en casa es simplemente lo mejor que nos puede pasar. Sobre todo, cuando está recién horneado… ¡Un placer, una alegría y en las tardes de invierno el mejor recuerdo de niñez!

Es un producto típico del sur de Chile y del campo. Se prepara para acompañar los almuerzos (famoso es el pan con tomate, cebolla y algo de perejil) y para la once, con el huevo de campo bien revuelto o mermelada, si prefieres algo dulce.

¿El secreto?

500 gramos de harina, una cucharada de sal una taza y media de agua tibia, un sobre de levadura y 2 cucharadas de manteca derretida.

Mezcla los ingredientes y en el centro agrega la manteca y el agua tibia. Revuelve todo con las manos en la masa hasta dejarla lisa. Forma un rollo y córtalo en círculos medianos. Luego, mételos al horno por unos 30 minutos.

El secreto no son los ingredientes, sino la actitud con la que cocinamos nuestro más preciado pan amasado, y el resto, viene por sí solo.

La hallulla y sus diversas variedades

La palabra hallulla viene del árabe y significa en hallún “bollo de fiestas”. Es muy consumido en América Latina, especialmente en los países del sur: Ecuador, Perú, Bolivia y Chile.

¿Cómo hacemos el pan en Chile? Tal como se mencionó al inicio de la nota, pero a la hallulla se le agrega leche, levadura, agua, manteca y sal. Su forma es redonda, más plana que el resto de los formatos y con bastante menos miga.

En general, la hallulla se puede acompañar con los mismos productos que la marraqueta, pero el sabor final es diferente. Éstos son: mermelada, manjar, huevo, queso, fiambres, palta y tomate.

Panes campesinos: tortillas de rescoldo, churrascas y dobladitas

Cómo hacer Pan amasado

El arte de cocinar en el campo chileno se ha vuelto una costumbre. Aquí empezaron a aparecer los derivados del pan tipo, y surgieron las famosas churrascas, dobladitas y las tortillas de rescoldo.

Seamos francos: no se puede viajar por Chile sin conocer las distintas formas de cocinar el pan. Cualquiera sea el producto que los acompañe en la mesa, no olvides dar las gracias y preguntar por el secreto. Algunos le pondrán más sal, otros más mantequilla y otros dirán que el verdadero secreto está en la alegría de cocinar mientras llueve, a fuego lento y con la buena compañía de la radio.

Y ahora, como prometimos, te contamos de dónde viene la palabra once. Según cuenta la leyenda, su origen deriva de las once letras del aguardiente; una especie de código que se usaba antiguamente para disimular que iban a tomar trago a media tarde.