En la zona más austral de Chile, donde los límites del territorio chileno se difuminan y se transforman en fragmentos repartidos por el mar, se encuentra la Isla Madre de Dios. Casi inexplorada por el hombre, es conocida como un eco distante gracias al misterio que encierran sus cavernas, canales y acantilados.
Inserta en la Región de Magallanes, al sur del Golfo de Penas, en ella sucede lo imposible. Es un santuario natural que desafía las leyes de la naturaleza y alberga lo improbable.
Posicionada sobre restos de corales que se dan exclusivamente en zonas tropicales, en su interior se cruzan laberintos de cavernas de mármol y sus vientos que alcanzan los 200 kilómetros por hora, han moldeado su casco de caliza que se disuelve con agua, dando origen a escarpadas cimas y montañas, que no se ven en ningún otro lugar del mundo, convirtiéndose en un verdadero imán para cientos de antropólogos y geólogos.
Cultura y Deporte
En la antigüedad, fue territorio Kawesqar, cuya civilización ha dejado huellas por toda la isla: pinturas rupestres en las cuevas, rastros de asentamientos y sepulturas milenarias, testimonio de los secretos que esconde en sus cavidades.
Este lugar escondido, con sus cascadas, canales, montañas y bosque nativo, la hace un refugio del aventurero amante del deporte extremo. Si la adrenalina te empuja a buscar lugares desconocidos, en esta isla puedes disfrutar del trekking, buceo, kayak, entre incontables deportes.
Fría e intrigante, se presenta al visitante como un lugar inhóspito en un rincón escondido del mapa, pero hoy busca protección y posicionarse como atractivo turístico, al postular para ser Patrimonio de la Humanidad.
Su bosque nativo es típico de esta zona austral con especies como el canelo y lengas, que se extienden por casi toda la isla. En sus costas acantiladas, podrás encontrar el silencio y la soledad, que te hará sentir el rey del mundo, ya que te estrás pisando la última frontera rocosa del país.
En ella se puede estudiar el clima primitivo, debido a que tiene condiciones que se asemejan a los inicios del planeta, con toques apocalípticos. Pero si la visitan entre los meses de octubre y marzo, Madre de Dios se tranquiliza y permite la entrada de turistas ansiosos por misterio.
Ballenas y Misterios
Existen miles de razones por las que esta isla es un enigma viviente en las fronteras australes de Chile. Sus gélidos acantilados permiten apreciar el continente desde el exterior y, mientras en sus tenebrosas cavernas marmóreas se encuentras huesos humanos y de ballenas, propone un misterio de la época de Pangea sobre cuál es el origen de su extraña conformación.
A un día de navegación desde Puerto Natales, se localiza este enigma flotante con una biodiversidad impresionante, cuenta con la cavidad más grande de Chile con 376 metros de profundidad.
Si crees que conoces Chile, te contamos que aún tienes que visitar un milagro de la naturaleza que te sorprenderá. Salvaje y contradictoria, es un paraíso inexplorado que debes agregar a tu lista de destinos.
Fotos: Centre Terre.