Siempre he pensado que cada rincón de Chile guarda lugares y actividades que quizás muy pocos conocen, pero que muestran las verdaderas tradiciones del país. Como turistas, siempre nos informamos de los lugares que no nos podemos perder, pero es importante mirar un poco más allá de clásicos y averiguar qué más tiene una cierta zona para ofrecernos, ¡siempre encontraremos más de una sorpresa! Tuve la suerte de poder conocer más sobre las tradiciones y viñedos del Maule, enfocándonos en conocer más de cerca cómo se vive Chile en esta región.
Nuestro recorrido partió un día jueves en la mañana, con destino a la Ruta de Valle Sagrada Familia en la región del Maule, un valle que aparte de sus viñas se destaca por su gente y su historia netamente agrícola. Sagrada Familia posee las condiciones ideales para la producción de vino y chica; un valle que evita la existencia de climas extremos, un suelo secano ideal para la plantación de parras y otros que hacen que la uva aquí producida nos entregue exquisitos vinos de variadas cepas. Sin duda un verdadero viaje a las tradiciones y viñedos del Maule.
Partimos visitando el Rincón de Mellado, donde se enfocan en la producción de chicha y vino pipeño de gran calidad y sabor. Además, desde el 2006 se realiza cada abril la “Fiesta de la Chicha” en este sector, una fiesta costumbrista folclórica que convoca a más de 90.000 personas durante sus 3 días de celebración. Luego, pasamos a conocer la Viña Pons Raineri, aquí fuimos recibidos por los hermanos Jesús y Benjamín Pons, quienes hoy continúan el legado de su tatarabuelo, quien llegó alrededor de 1890 desde Genova y comenzó con la producción de vino.
Después de una degustación de su mejor vino, partimos hacia la Viña Altacima, donde el enólogo Alberto Allende nos muestra las bodegas y un hermoso mirador desde donde pudimos apreciar el valle y las hectáreas de parras que pertenecen a esta viña, una vista realmente hermosa que enaltece las tradiciones y viñedos del Maule; y que ayuda a entender las perfectas condiciones del valle Sagrada Familia.
Luego de una noche de descanso en Curicó, continuamos nuestra ruta hacia Cumpeo. La ciudad nombrada en la popular historieta Condorito, y realmente hace honor a éste. Un convenio firmado hace algunos años le dio al pueblo los derechos para realizar diversas actividades y activaciones relacionadas a este popular personaje chileno, por lo que los habitantes se han preocupado de que en cada esquina puedas encontrar referencias a la revista cómica, tanto en los nombres de los negocios como en la ambientación, encontrando dibujos a escala real de los personajes fuera del banco, estación de bomberos, iglesias y más. Cada año en octubre se realiza también la “Cumbre de Condorito en Cumpeo”, una celebración costumbrista con puestos de comida, artesanías, talleres de dibujo y un concurso donde se elige al “Perro Washington” del año.
Durante la tarde visitamos Caliboro, localidad a una hora de la ciudad de Talca. Aquí fuimos recibidos por Valesca Morales y César Opazo, un matrimonio de la zona que ha puesto verdadero entusiasmo en atraer turismo a la zona. Pudimos disfrutar de hermosos viñedos de secano, completamente orgánicos. En Caliboro se trata de rescatar algunas cepas de la época colonial, como la País, Moscatel, Carignan y el tradicional Vino Asoleado; hoy de denominación de origen chilena y con el que se celebró el triunfo de la Batalla de Chacabuco, en los inicios de la independencia de Chile.
El sábado llegó el momento tan esperado por todos, y la principal razón de nuestro viaje a la región del Maule: La Fiesta del Chancho en Curtiduría. Ubicado en el kilómetro 34, a 1 hora de Talca, está Curtiduría, una localidad que conserva varias tradiciones del campo chileno y que cada año celebra una fiesta en torno a los productos obtenidos de la matanza del chancho. Se puede acceder en automóvil, pero la mejor forma de llegar a este pueblo es en el Ramal, un tren de más de 100 años de antigüedad que une las ciudades de Talca y Constitución y es el único de su clase que queda en Chile, hoy parte del patrimonio del país. Por su puesto, nosotros decidimos tomar el tren y disfrutar en el camino de los hermosos paisajes de tradiciones y viñedos del Maule.
Una vez en la estación de Curtiduría, los pasajeros fuimos recibidos con pies de cueca, pan amasado con queso de cabeza y un rico café de trigo. Luego de una pequeña caminata llegamos a la Fiesta del Chancho, donde además de comidas tradicionales se ubican varios stands de artesanías locales y preparaciones culinarias típicas de la zona. Un escenario donde la música chilena no se detuvo en ningún segundo, juegos para los más pequeños, competencias de cueca y degustaciones de preparaciones criollas como el harinado (vino con harina tostada y azúcar). Cada año, se reúnen aquí cientos de personas para disfrutar de estas tradiciones chilenas en familia.
Si quieres conocer más de las tradiciones y viñedos del Maule, entonces no te puedes perder la fiesta del chancho en Curtiduría.