Dormir una siesta mientras tu mujer tiene una reunión con amigas, o disfrutar una bebida con mucho hielo mientras cargas tu computador que está más lento que carrera de tortugas en la oficina, el “Modo Relash” te invita a desconectarte y ver el lado positivo de la vida.
En vacaciones de verano o disfrutando de una jornada laboral menos exigente, el verano es sinónimo de diversión y descanso, por lo que te invitamos a sacar el pie del acelerador y estrujar al máximo cada momento de felicidad que se presente, aunque sea el más pequeño.
Sonríele al sol si estas con tu familia o amigos con las patitas en la arena, o sueña con los destinos que visitarás en tus próximas vacaciones en los ratos libres de tu trabajo si tus días de asueto serán en temporada baja. Cada escenario es ideal para dejar atrás la mala onda, sonreír como cachorro y ponerte en “Modo Relash”.
Si lo intentaste y aún no lo logras, acá algunos consejos para que estar “relash” te resulte tan rico como comer “manjarsh”.
1. Relash es estar a todo cachete tomando el sol en Viña del Mar o La Serena, disfrutando del silencio en la montaña con los mágicos paisajes del sur de fondo o la espiritualidad del desierto en el norte.
2. Ten un kit para trabajar en “Modo Relash” en la oficina: música suave en el computador, un vaso de jugo a un costado y fotos de tu próximo destino que visitar en Chile pegados en la muralla.
3. Abraza a tu jefe, dale un beso de buenos días a tu suegra y sonríele al vecino mientras riegas, ellos también comenzarán a llenarse de nuestro nuevo espíritu.
4. Deja que los niños se queden más rato en la piscina o que se ensucien la ropa sin cargo de consciencia. Respira profundo, píntate las uñas y date unos minutos de relashhhhhh.
5. ¿Tienes 3 reuniones seguidas en la mañana? Sale a almorzar fuera de la oficina y regálate una colación rica en carbohidratos.
6. Sale a un Happy Hour con tus compañeros de oficina y si estas de vacaciones, súmate a ellos a brindar por la amistad. Ese es el mejor ejemplo que ya estás viviendo en “Modo Relash”.
Foto: (cc) Ricardo Miranda