Tranquilidad, buena mesa y una agradable temperatura durante todo el año, no es lo único que eleva a Caleta Chañaral de Aceituno como una de las joyas turísticas de nuestro país. El cautivante balneario sorprende cada verano con unos singulares turistas que revolucionan el poblado: Cetáceos de diferentes tamaños y colores.
Enormes ballenas que se instalan a sus anchas en las costas de la Provincia de Huasco debido a su migración desde las cálidas aguas del trópico hacia la Antártida, transformando a esta caleta en una parada obligatoria gracias a sus aguas ricas en nutrientes traídos por la corriente de Humboldt. Un manjar para estas especies marinas.
Esperadas visitas que este 17 y 18 de diciembre serán recibidas con bombos y platillos por la municipalidad de Freirina, en conjunto con Sernatur, Sernapesca y organizaciones sociales, quienes con paseos en bote y tours acuáticos darán comienzo a la temporada de avistamiento de cetáceos en Caleta Chañaral de Aceituno.
Ballenas, delfines y pingüinos
Atractiva tradición que se ha convertido en un imán para turistas que sueñan con navegar junto a una ballena azul o fotografiar a un ejemplar de la ballena jorobada. Sueño hecho realidad, que hoy cuenta con una amplia oferta de paseos en lancha, donde además de ballenas se puede fotografiar delfines, lobos marinos y visitar la Reserva de Pingüinos de Humboldt.
A ello también se suman las observaciones cotidianas de diferentes tipos de flora marina que esconde el fondo marino de esta poblado, y la posibilidad de realizar expediciones de buceo para sentirse aún más cerca de esta exótica vida acuática.
Mágico sitio que se destaca además por ser el segundo lugar que tiene mejor avistamiento de cetáceos de nuestro país, luego de la Antártica. Entre las especies que se pueden admirar están las manadas de delfines nariz de botella, y cuatro tipos de ballenas: la Blanca, Minke, Azul y Jorobada. Un destino imperdible ideal para planear las próximas vacaciones.
Foto: Alex Fuentes.