¡Te invitamos a recorrer y conocer más en la ruta paleontológica de O’Higgins!
Con diferentes tamaños, tipos de piel y formas de desplazarse, estos animales considerados como fauna extinta, desaparecieron de la faz de la tierra y aún se desconocen las razones su extinción.
En nuestro país también habitaron los dinosaurios junto con otras formas de vida que ya no existen en el planeta, pero gracias a las incesantes investigaciones hemos llegado a conocer muchos lugares donde aún quedan vestigios de estos impresionantes animales, uno de ellos es la ruta paleontológica de O’Higgins.
MÁS QUE UNAS TERMAS
Partiremos nuestro recorrido por la ruta paleontológica de O’Higgins en las Termas del Flaco. Ubicadas al este de San Fernando, en plena cordillera de los Andes, se encuentran estas termas donde podrás ver unas rocas con huellas de dinosaurios.
La teoría de muchos científicos dice que hace 150 millones de años atrás, después de una violenta erupción volcánica, los dinosaurios que habitaban el área arrancaron aterrorizados, dejando huellas impresas en el barro. La placa y las pisadas marcadas como huellas en el lugar que en ese entonces era borde costero, se cubrieron por las cenizas arrojadas por la explosión, conservándolas y protegiéndolas de la erosión.
Se cuenta que donde ahora existe la cordillera de los Andes, antes era costa y el clima de Chile era más tropical ¡qué cambio!, por eso, las huellas lograron plasmarse tan bien en la cordillera hasta hoy y se dice que corresponden a un iguanodonte.
Foto: WEB / andresvargas.cl/contacto/
HUELLAS Y ATRACTIVOS HISTÓRICOS
Gracias a la erosión y la capa protectora creada por las cenizas, se descubrieron las pisadas que hoy son el registro de huellas más austral de Chile y fueron declaradas Monumento Histórico en 1.967, apelando a la necesidad de su conservación y estudio.
Estas huellas encontradas tienen un promedio de 60 cm de largo, las cuales se identifican como pisadas de animales terópodos, bípedos y carnívoros; y saurópodos catalogados como dinosaurios gigantes herbívoros de cuello largo. Además, se ha encontrado la presencia de huellas de otros dinosaurios y reptiles prehistóricos de menor tamaño.
Las Termas del Flaco, atractivo que se encuentra en «Alto Colchagua», es un destino ideal para visitar en verano, sobre todo entre los meses de noviembre a abril, ya que en invierno el camino es un complicado debido a la gran cantidad de nieve que cubre el pueblo. Se recomienda hacer el recorrido en un auto adecuado.
Podrás visitar una mina de cemento y un hospital sanatorio que están abandonados, un puente colgante, la gruta de la virgen y el popular «horno de la vieja«, un cerro que tiene la forma de una señora que pareciera estar sentada al lado de un horno de barro esperando el pan. ¡Este es un destino que te sorprenderá!
¿Quieres saber más de los dinosaurios? Sigamos en nuestro recorrido.
Foto: TW @123_karinaloca
NO SOLO SON DINOSAURIOS
Siguiendo el recorrido por la ruta paleontológica de O’Higgins, nos encontramos en San Vicente de Tagua Tagua. Aquí se descubrieron 28 especies diferentes de aves, moluscos, peces, ranas, culebras y roedores que convivieron hace 12.600 años junto con mastodontes de 3 metros de alto. 16 de estas especies no tenían registro para ese periodo en Chile.
La mayoría de estas especies sigue viviendo en la zona y otras desaparecieron por los cambios climáticos. Los gonfoterios, variedades de caballos y cérvidos, desaparecieron al finalizar la era del hielo, lo que demuestra que la extinción masiva de especies ocurrida en el mundo, hace más de 10 mil años, solo afectó a la megafauna o grandes animales cazados por los primeros humanos.
En la zona centro de Chile el registro fósil de fauna del Pleistoceno tardío, el cual corresponde a 20 mil y 12 mil años atrás, es abundante, ya que existen cerca de 32 sitios paleontológicos y arqueológicos dispersos a lo largo de este territorio, tanto en la costa como en la precordillera. Pero ninguno de estos lugares tiene comparación con Tagua Tagua, ya que aquí vivió la mayor diversidad de fauna y megafauna a fines de la Edad de Hielo en Chile.
Una experiencia única que podrás vivir en San Vicente de Tagua Tagua.
A unos 8 km de San Vicente de Tagua Tagua, en el valle de Cachapoal, en la región de O’Higgins, existió hace unos 12.600 años una gran laguna de forma elíptica, la cual tenía unos 12 km de largo y estaba rodeada de bosque con árboles frondosos que daban refugio a animales y a los primeros humanos que habitaron el país.
Esta laguna fue secada en 1.841 para iniciar una construcción, donde durante el proceso se descubrió restos de fauna extinta, además de restos de grupos paleoindios que habitaron ahí en busca de gonfoterios, que es un pariente del mamut, además de caballos americanos y otra fauna extinta hace más de 13 mil a 11 mil años. También se encontró a grupos de cazadores – recolectores que se asentaron por temporadas en la laguna entre 8 mil y 5 mil años atrás.
Huesos de Mamut
NAVIDAD TODO EL AÑO
Ya lo había dicho Charles Darwin cuando describió la formación Navidad al publicar su libro Observaciones geológicas en América del Sur en 1.846. La bautizó con ese nombre en honor a la cercana ciudad de Navidad.
En este lugar descubrió la piedra arenisca de grano fino a medio la cual tenía un color amarillento y poseía fragmentos de madera en estado de lignito o parcialmente solidificados, junto con dientes de tiburón y conchas en gran abundancia.
Este sector de Navidad se caracteriza por presentar un acantilado costero que se extiende desde la desembocadura del río Rapel hasta la playa Matanzas. A lo largo de sus acantilados podrás ver los estratos que flotan de la formación Navidad, los cuales se encuentran en posición horizontal. ¡Así podrás verlos fácilmente!
Aquí podrás encontrar una gran cantidad de fósiles entre los cuales destacan, bivalvos, braquiópodos, corales solitarios, foraminíferos, ostrácodos, dientes de tiburón, las dos primeras especies de cangrejos fósiles, briozoos, hojas y troncos los cuales se encuentran principalmente en areniscas de grano fino a medio, de un color amarillento.
Trilobites
Además de los caparazones de gasterópodos, que son los macrofósiles más comunes de la formación Navidad, aquí podrás ver una gran cantidad de depósitos que se encuentran muy bien conservados. También tendrás la posibilidad de ver los registros fósiles de esporas, polen, madera, cutículas y algas de agua dulce.
Hasta hoy se han identificado un total de 65 morfoespecies de polen y esporas. Se cree que el carbón vegetal que se encuentra en la piedra pómez indica que los incendios forestales causados a raíz de las erosiones volcánicas eran comunes en los terrenos donde predominaba el clima mediterráneo, tanto en el periodo Mioceno como en la actualidad.
Amonites
TESTIGOS DE PIEDRA
Continuamos con nuestra ruta paleontológica de O’Higgins, ahora nos encontramos en la localidad de Malloa, ubicada a 39 km de Rancagua, en la provincia de Cachapoal.
Aquí podrás ver los petroglifos que brillan con la luz solar, los cuales según dicen los habitantes de Malloa: la presencia de estos siete soles premia o castigan la conducta de los habitantes.
Dice la historia que el Inca Huáscar durante su destierro en el año 1.528 habría estado radicado en Malloa por algún tiempo, por lo que, los siete soles pintados serían la prueba que quedó para la posteridad, ya que los Incas creían que su raza descendía del dios Sol llamado Inti, razón por la cual, donde quiera que fueran erigían monumentos de adoración a este dios.
Estos soles fueron pintados en la superficie plana de una gran piedra de cerro, hoy conocido como “cerro del sol pintado de Malloa”. Aquí podrás ver una pared vertical de unos 20 metros de altura y unos quince metros donde se ven seis pictografías de soles.
Existe una historia que dice que estos soles habrían sido pintados por invasores incaicos que envió Huayna Capac, hijo de Tupac Yupanqui, quien llegó hasta las fronteras del río Maule. Y que según la tradición de los habitantes de Malloa, “los soles están ahí desde que el mundo es mundo”.
Petroglifos de Rancagua