La Región del Maule se consolida cada año como uno de los destinos favoritos para quienes buscan naturaleza, aventura y experiencias auténticas.
Con parques nacionales únicos, valles vitivinícolas de renombre y una costa ideal para descansar, este verano ofrece panoramas para todos los gustos.
Aquí te presentamos los 5 imperdibles que no puedes dejar fuera de tu viaje. ¡Recuerda que con Chile es Tuyo, tu viaje comienza aquí!
5 imperdibles del Maule en verano
1. Cajón del Río Achibueno: Naturaleza prístina y aventura en Linares
Fotografía: @Alisson_roco
Ubicado en la precordillera de Linares, el Cajón del Río Achibueno es un verdadero refugio natural reconocido por su biodiversidad y sus aguas de origen cordillerano.
Durante el verano, los visitantes pueden disfrutar trekking por senderos que bordean el río, ideales para observar bosques nativos y miradores naturales.
El rafting y el kayak son actividades muy populares debido a los rápidos del Achibueno, perfectos para quienes buscan adrenalina. Recuerda siempre elegir tour operadores registrados en Sernatur.
Además, hay zonas para baños en pozones, camping organizado y cabalgatas que permiten conectar con la vida rural maulina. Su carácter de área protegida lo convierte en un destino imprescindible para amantes del ecoturismo.
2. Parque Nacional Radal Siete Tazas: Cascadas, pozones y senderos icónicos

El Parque Nacional Radal Siete Tazas, en la comuna de Molina, es uno de los lugares más fotografiados del centro-sur de Chile.
Su serie de siete caídas de agua encajonadas en roca volcánica, junto a atractivos como el Salto Velo de la Novia y el Salto de la Leona, lo convierten en un panorama espectacular en verano.
Entre sus actividades estrellas destacan el sendero a la Laguna Mondaca, el trekking al sector El Bolsón, avistamiento de flora endémica y caminatas por pasarelas y miradores seguros.
El parque es ideal para familias, excursionistas y quienes buscan naturaleza accesible. Revisa más detalles aquí.
3. Reserva Nacional Altos de Lircay: Trekking de primer nivel en la cordillera maulina

La Reserva Nacional Altos de Lircay, en Talca, es uno de los mejores lugares del país para el senderismo.
Sus rutas recorren bosques de robles, coigües y cipreses de la cordillera, además de entregar vistas privilegiadas a volcanes como el Descabezado Grande y el Cerro Azul.
El clásico Sendero Enladrillado, famoso por su planicie rocosa que parece un antiguo camino ceremonial, es una experiencia obligatoria. Esta zona también es conocida por ser un hot spot internacional de avistamientos alienígenas. ¡Qué miedo!
También destacan el Sendero Laguna del Alto, el Mirador del Venado y recorridos aptos para trekking de día o travesías más largas. En verano se puede acampar en zonas habilitadas y disfrutar del avistamiento de aves como el carpintero negro y el tiuque.
4. Valle de Curicó: Vinos, gastronomía y rutas entre campos

El Valle de Curicó es sinónimo de enoturismo de calidad. Sus viñedos, algunos con más de un siglo de historia, ofrecen degustaciones de cepas destacadas como Cabernet Sauvignon, Carmenere y Sauvignon Blanc, además de tours guiados por bodegas tradicionales y modernas.
El verano es ideal para recorrer rutas en bicicleta entre parras, visitar restaurantes de cocina local, participar en experiencias campesinas y explorar sectores patrimoniales como la Plaza de Armas de Curicó o el cerro Condell.
La zona también ofrece alojamientos boutique, picnic campestre y vendimias tempranas según la temporada. Una parada obligada para quienes buscan cultura, sabores y tranquilidad.
5. Costa Maule: Gastronomía marina y bosques costeros

La Costa Maule combina acantilados, largas playas y tradiciones pesqueras. En Constitución, por ejemplo, los viajeros pueden recorrer los Rochedales, visitar la Piedra de la Iglesia, caminar por senderos de la Reserva Nacional Los Ruiles y disfrutar de playas como Pellines.
Más al sur, Iloca ofrece extensas playas perfectas para descansar, practicar surf principiante, cabalgatas, pesca deportiva y caminatas al atardecer.
Toda la costa es reconocida por su gastronomía marina, especialmente caldillos, pescados frescos y empanadas de mariscos. Un destino perfecto para vacaciones familiares y panoramas relajados frente al mar.