¿San Pedro de día o de noche? Los encantos del desierto más romántico

San Pedro de Atacama no tiene horarios porque es uno de esos destinos que te atrapan tanto con la luz del sol como bajo el manto estrellado del cielo nortino.

 

Mientras el calor invita a la aventura, la noche te susurra calma, asombro y sabores únicos. ¿Qué hacer durante el día y qué no perderse cuando cae la noche? Aquí te lo contamos.

 

Todo esto hace que el Desierto de Atacama sea destacado año a año en los World Travel Awards, conocidos como los premios Oscar del turismo, en la categoría de mejor destino Romántico de Sudamérica.

 

San Pedro de día: Aventura, cultura y paisajes que parecen de otro planeta

Fotografía: Sernatur.

 

Cuando el sol comienza a calentar el altiplano, San Pedro se activa. Es el momento perfecto para caminar entre las dunas del Valle de la Luna, donde los colores y formaciones rocosas parecen sacados de una película de ciencia ficción.

 

Otro plan que encanta a los viajeros es recorrer en bicicleta hasta el Pukará de Quitor, una antigua fortaleza atacameña con vista panorámica al desierto y al río San Pedro. Recuerda contratar siempre los servicios de guías y tour operadores registrados en Sernatur.

 

¿Prefieres un ritmo más tranquilo? El casco histórico del pueblo ofrece paseos encantadores. Puedes visitar la iglesia de San Pedro, una joya colonial construida en adobe, y recorrer las ferias artesanales, donde descubrirás tejidos altiplánicos, cerámicas, joyas con piedras locales y otras creaciones únicas de los artesanos atacameños.

 

 San Pedro de noche: Estrellas, sabores y magia en el cielo

Fotografía: Sernatur.

 

Cuando el sol se esconde tras la cordillera de la Sal, empieza otro espectáculo, el del cielo más claro del planeta.

 

La noche en San Pedro es famosa por sus tours astronómicos, donde guías expertos y potentes telescopios te acercan a las estrellas, planetas y constelaciones que parecen brillar al alcance de la mano.

 

Si lo tuyo es la fotografía, la astrofotografía aquí tiene condiciones ideales para capturar la Vía Láctea como pocas veces se ve.

 

Y si el hambre se hace presente, la oferta gastronómica es otro de los encantos nocturnos. Restaurantes de autor y cocina de fusión sorprenden con sabores locales: quinua, llama, chañar, el pisco sour de rica rica o maíz andino se transforman en platos de alta cocina que deleitan a cada visitante.