Día 1

Santa Cruz: Vinos y Tradiciones

Ya sabes que Chile es reconocido a nivel mundial por la calidad de sus vinos. Pero lo que quizás no sepas es que una gran parte de ellos provine de esta región, particularmente de los valles de Cachapoal y Colchagua.

Este primer día te proponemos comenzar con una experiencia única de enoturismo en el valle de Colchagua: Disfruta de un emocionante viaje por los viñedos en carruajes tradicionales, en bicicletas eléctricas o en un tranquilo paseo a caballo. ¡Tu eliges la opción que más te guste! s

Aquí conocerás la historia de la viña, podrás visitar las bodegas y, desde luego, degustarás una selección de los mejores vinos en catas guiadas por especialistas. ¿Se te abrió el apetito? Entonces puedes visitar uno de los restaurantes de los viñedos o las cocinerías rusticas del destino, donde la gastronomía con productos locales te dejará con una enorme sonrisa de satisfacción.

Día 2

¿Una ciudad declarada Monumento Nacional?

¡Vamos por nuestro segundo día de viaje! Hoy visitaremos la ciudad de Santa Cruz, declarada Zona Típica y Pintoresca de Chile, debido a la extraordinaria conservación de su arquitectura colonial y tradiciones. 

Recorre su Plaza de Armas donde podrás visitar la Parroquia de Santa Cruz, una construcción que data de principios del siglo XIX y el reloj Carillón construido en 1970. Además, puedes pasear por los alrededores de la ciudad y admirar la arquitectura de sus casas patronales perfectamente conservadas, sus techos de tejas de arcilla, sus amplios y sombreados corredores externos para refugiarse del sol y de la lluvia.

La siguiente parada del día puede ser el Museo del Vino, para conocer su historia en el mundo y en los campos de Chile. El museo se cobija bajo una nave de acero de 1900 que en sus tiempos albergó la maestranza del Ferrocarril Antofagasta –Bolivia.

Por la tarde, puedes seguir degustando vinos de la zona, visitando viñedos de cultivo orgánico que suman la crianza de animales en sus procesos agrícolas, para obtener de manera natural abono y evitar plagas, lo que entrega un sabor único a sus brebaje. Para terminar la experiencia, visita el Valle de Apalta donde podrás presenciar la llamada «golden hour», el momento donde la puesta de sol tiñe de colores dorados todo el sector.

Día 3

Enólogos por un día

Hoy te invitamos a literalmente meter las manos en la masa y preparar tu propia mezcla de las mejores variedades de vino de Chile. Participa de los tour y servicios registrados en Sernatur, que ofrecen la posibilidad de convertirte en enólogo por un dpia, y participa de la experiencia completa que va desde la cosecha tradicional, creación del mosto pisado con tus propios pies, hasta el “assemblage” o “cuvée” de variedades a tu gusto.

Si vas en familia no te preocupes, porque también pueden participar los niños y personas con capacidades diferentes, ya que se adapta el proceso a cada grupo de turistas. Lo mejor, degustar la creación de tu propio vino con quesos y frutas de la zona.

Por la tarde, te recomendamos trasladarte hasta Pichilemu, donde los viñedos dejan lugar a los cipreses y el aire marino, para que puedas descansar y prepararte para las próximas aventuras.

Día 4

El Océano Pacífico a tus pies

Despierta con la brisa del aire marino, y recuerda que por la mañana el aire es fresco, aún en verano. Pichilemu es un balneario tradicional, por lo que debes recorrer el centro de la ciudad que conserva amplios prados, piletas con juegos de luces, escalinatas con balaustradas que llevan a la playa principal desde el Parque Agustín Ross, uno de los lugares emblemáticos de la pequeña ciudad. 

En el Parque Ross te recomendamos observar su flora, donde enormes palmeras custodian el lugar y tomar algunas bellas selfies en la pileta que encuentras en medio del lugar. Camina unos pocos pasos y admira la belleza arquitectónica del ex casino de la ciudad, Monumento Histórico de tres pisos, construido en 1904, que se impone en el paisaje de este destino.

Por la tarde, disfruta de la playa, descansa en sus tibias arenas o si prefieres, entrégate a los placeres de la buena mesa y degusta las preparaciones a base de mariscos de los restaurantes que bordean el sector.

Día 5

Surf + yoga + gastronomía, la combinación perfecta

En este quinto día, la invitación es a meter tus pies en el Océano Pacífico para realizar una emocionante clase de surf (o surfear a tu anchas si ya eres experto). Las olas de las playas de Pichilemu y Punta de Lobos son reconocidas a nivel mundial por su gran tamaño, atrayendo a deportistas de diferentes partes del planeta.

Si quieres algo más relajado, también puedes practicar yoga o meditar en sus playas, que siempre tienen zonas tranquilas debido a su gran tamaño. Para los amantes de la observación de la naturaleza, acá encontrarán especies de cactus endémicos protegidos y nidificaciones de aves marinas migratorias en sus roqueríos, los mismos que en épocas especiales del año son habitados por lobos marinos.

Día 6

Agua dulce y salada, donde se reúnen las aves

¡Nuestro último día de aventuras! Aprovecharemos al máximo y antes de dejar la región de O´Higgins conoceremos la localidad de Cáhuil. que en lengua Mapuche significa “gaviota”.

Acá encontrarás un humedal muy especial. Se trata de un ecosistema híbrido, que une agua dulce y salada,  en el que destaca una vegetación particular que alberga 46 especies de aves y una rica fauna endémica que puedes observar de cerca.

Pero no solo la naturaleza sorprende en Cáhuil. En el sector de Barrancas, en la misma localidad, también nos atrapa la observación del trabajo de los salineros, quienes te explicarán su oficio y el proceso de producción de sal de mar, además de poder comprar sal para tu mesa.  Así recordarás hasta en el paladar algo de este recorrido por el corazón de Chile.