¿Sabías que puedes caminar por la misma ruta que recorrieron los incas hace más de 500 años? En pleno territorio chileno, entre quebradas, cerros y desiertos, se esconde un tesoro ancestral, el Qhapaq Ñan o Camino del Inca.
Se trata de una red vial que unía el vasto Imperio Inca desde Colombia hasta el corazón de Chile central y que, en la actualidad, es Patrimonio de la Humanidad reconocido por la UNESCO.
En Chile, este sistema se ramifica como una telaraña, abrazando tanto la costa del Pacífico como la cordillera de los Andes. Era la autopista de los Andes prehispánicos, ya que, conectaba pueblos, movía ejércitos, transportaba productos y unía culturas.
Recorrer el Qhapaq Ñan no es solo una aventura física, sino que, también, un viaje a las raíces de Sudamérica, donde el pasado sigue vivo. Así que, si te apasiona la historia, la naturaleza o simplemente buscas una ruta distinta, este camino te está esperando.
Imperdibles del Camino del Inca en Chile
Chiu Chiu en San Pedro de Atacama

Chiu Chiu, ubicado en las cercanías de San Pedro de Atacama, es una parada obligada de turistas que siguen el Camino del Inca y un verdadero oasis de sombra en medio del desierto.
Habitado por comunidades atacameñas, su ritmo pausado es solo interrumpido por fiestas religiosas que, dependiendo del patrono, incluyen challa, harina o chicha de algarrobo.
Junto con conocer parte del Camino del Inca, te recomendamos visitar la iglesia de San Francisco, construcción que data de 1.600. ¡Es la más antigua en Chile!
Cerro El Plomo, un lugar ceremonial entre montañas

En lo alto de la cordillera de los Andes, en el corazón de la ciudad de Santiago, el imponente Cerro El Plomo guarda uno de los secretos más conmovedores del Camino del Inca.
En 1954, a 5.200 metros de altura, fue hallado el cuerpo congelado de un niño inca sacrificado hace más de 500 años como parte del ritual Capac Cocha, en honor al dios Sol.
Este santuario de altura, el más austral del Imperio Inca, fue elegido por su majestuosidad, visibilidad y conexión con el solsticio de invierno.
El Enladrillado habría sido el final del Camino Inca

En plena Región del Maule, El Enladrillado, en la Reserva Nacional Altos de Lircay, asombra no solo por su extraña forma plana y rocosa, sino por los misterios que guarda.
Durante las últimas décadas, arqueólogos han descubierto restos líticos, morteros incásicos y vestigios de lo que habría sido el último tramo del Camino Inca, una fortaleza llamada Purumauca.
Desde la cima del cerro El Morrillo, los antiguos habitantes se habrían comunicado mediante señales de humo desde unas estructuras de roca. Según investigadores, estas últimas, son también se pueden encontrar en Machu Picchu, uno de los principales monumentos del imperio.