A solo 8 kilómetros de San Felipe, en pleno valle de Aconcagua, se encuentra un verdadero santuario natural que sorprende por su belleza, historia viva y por tener un árbol milenario.
Hablamos del Santuario de la Naturaleza Serranía El Ciprés, ubicado en la localidad de El Asiento, una zona que guarda un tesoro botánico: un Ciprés de la Cordillera (Austrocedrus chilensis) con una edad estimada de 1.500 años, considerado uno de los árboles más longevos conocidos en Chile.
Este santuario no solo es importante por este ciprés milenario, sino porque es un relicto ecológico, ya que, es una de las últimas zonas donde aún se conserva esta especie en estado natural.
De hecho, este lugar ha sido objeto de estudios científicos por su notable biodiversidad y valor ecológico.
Fotografía principal: Juan Francisco Bustos / Ministerio de Medio Ambiente
Conoce el árbol milenario cerca de San Felipe y otros senderos
Fotografía: Monumentos Nacionales.
El lugar cuenta con senderos para todos los niveles, el cual debes elegir según tu nivel de preparación, entrenamiento y ganas de caminar. El Sendero de Acceso (6,8 km) y el Sendero La Represa (4,6 km) tienen dificultad media, ideales para quienes disfrutan de caminatas con bellos paisajes.
Si buscas algo más desafiante, el Sendero Cipreses (7,2 km, dificultad alta) te lleva directamente a conocer a los imponentes cipreses de 1.500 años.
También está el Sendero Las Diucas (3,8 km), perfecto para un paseo más corto pero igual de encantador.
¿Y si quieres quedarte más tiempo? Hay zona de camping poco después de la entrada, ideal para pasar la noche bajo las estrellas. Además, el santuario es un excelente lugar para el avistamiento de aves como tencas, diucas y hasta el majestuoso cóndor.
¿Cómo llegar?
Llegar es muy fácil: desde San Felipe se toma un camino pavimentado hasta El Asiento, y luego se recorre un tramo interior de 3,4 km hasta el ingreso al santuario. Ya sea en vehículo particular o transporte público, esta joya natural está al alcance de todos.
Te recomendamos esta escapada ideal para reconectarse con la naturaleza, respirar aire puro y admirar la sabiduría de un árbol que ha resistido el paso de los siglos.