Día 1

Patrimonio cultural Pichilemino

Este día comienza con la llegada a Pichilemu, y lo primero en tu lista será recorrer el centro histórico de la ciudad. Conoce la hermosa arquitectura colonial de su barrio cívico y explora los senderos de palmeras, piletas de agua y juegos de luces que engalanan al centenario Parque Ross, declarado Monumento Nacional.

También puedes visitar el Centro Cultural Agustín Ross, Museo Ferroviario y caminar por sus calles llenas de restaurantes, artesanías y servicios para el turista. ¡Disfruta de un rico pescado frito acompañado de ensalada a la chilena!

En la tarde, recorre alguna de sus playas, tales como Principal (que tiene servicios de accesibilidad para personas con capacidades diferentes), Infiernillo o Punta de Lobos. En esta última, puedes pasear por el parque que tiene senderos delimitados, con paneles informativos de la flora y fauna local. Es un lugar perfecto para ver la puesta de sol. ¡Arráncate en pareja!

Día 2

Capital Mundial del Surf

El día inicia disfrutando de las playas de Pichilemu, donde sacarás a relucir tus aptitudes deportivas y podrás practicar del deporte más famoso de la zona: el surf. ¡Qué mejor que deslizarte en tu tabla sobre las olas de la denominada “Capital Mundial del Surf”: Punta de Lobos!.

El mar se puede gozar en diferentes niveles de conocimiento del surf, y a diversas edades. Para quienes no son expertos, hay escuelas donde se pueden tomar clases y aprender desde lo teórico hasta lo práctico, viviendo la experiencia de subir a una tabla y surfear las más famosas olas de la región, las mismas que atraen cada año a cientos de deportistas a vivir adrenalínicas competencias en la zona.

Después de la intensa jornada en la playa, puedes ir la zona urbana de Pichilemu a disfrutar de la gran variedad de locales donde puedes comer algunos mariscos, marinados con vinos y espumantes de la zona. O si aún te quedan ganas de vivir nuevas experiencias, al atardecer puedes tomar clases de yoga o relajación mirando al mar.

Día 3

Cultura y producción local

Este día la recomendación es  visitar el área más rural de Pichilemu, con una visita al Museo del Niño Rural, donde podrás observar más de 800 objetos pertenecientes a piezas de artesanía creadas por indígenas locales, además de muestras de elementos de conservación histórica natural. Este museo fue declarado Monumento Histórico.

Luego de la visita al museo, debes recorrer lugares típicos de la zona donde se producen dos productos muy apetecidos por los turistas: la artesanía de Pañul y la sal de mar.

La localidad de Pañul está ubicada a unos 18 kilómetros de Pichilemu, y se caracteriza por su trabajo con arcilla blanca extraída en la misma zona, que es muy fina y de un tono más claro diferenciador, con al cual los artesanos crean hermosos elementos de uso diario como tazas, platos, bandejas y ollas.

Para terminar el recorrido, no puedes dejar de visitar Cáhuil y Barrancas, donde conocerás profundamente el oficio de los Salineros, el cual aún es de manera artesanal siguiendo antiguas tradiciones, donde hay opción de adquirir sal de mar y otros productos derivados.

Día 4

Avistamiento de aves y visita a Bucalemu

Último día de viaje, y te invitamos a seguir conociendo los atractivos más rurales de Pichilemu. Uno de ellos, es el humedal de Cáhuil, lugar donde se pueden observar hasta 60 especies diferentes de aves, como la gaviota de Cáhuil.

Durante el recorrido, puedes arrendar un kayak y recorrer tranquilamente el lugar disfrutando de la hermosa vista. Esta zona es un lugar único de conexión con la naturaleza, que permite relajarse y disfrutar del sonido de las aves.

Después de esta paseo, y el último lugar que debes visitar en este recorrido es Bucalemu, ubicado a 22 kilómetros al sur de Cáhuil, acá podrás darte un festín con los diferentes platos típicos a base de pescados, mariscos y quinoa, producto estrella de la zona. Elige un restaurante que mire a la tranquila playa de este destino, será una experiencia única.