Arqueoastronomía: Entre la historia y la observación de las estrellas

 

El Desierto de Atacama en el norte de Chile, con baja humedad, altas cumbres y escasa contaminación lumínica, fue señalado por el National Geografic como el mejor sitio de la Tierra para observar el firmamento, situando a Chile como el nuevo referente de la denominada “cultura de los cielos”, el astroturismo. Este observatorio natural del que hace cientos de años ya disfrutaban las primeras culturas andinas, quienes tenían a las estrellas como sus grandes guías.

Pero no es hasta 1994, con la instalación del primer observatorio para aficionados en el Cerro Mamalluca, ubicado al interior de Vicuña, que se inicia  un creciente número de viajes de carácter netamente turístico a la zona, cuando se comienza a masificar el gusto por conocer el espacio, observar las estrellas y planetas que circundan nuestra galaxia, apreciar los cometas de paso, maravillarse con las lluvias de estrellas y eclipses en búsquedas de nuevas experiencias de vacaciones.

El auge de este nuevo concepto turístico con mayor notoriedad en el norte, atrae nuevos centros astronómicos más orientados al turismo, con los más avanzados  programas de observación nocturna, que actualmente se pueden encontrar en las regiones de Antofagasta, Atacama, Coquimbo, Valparaíso, Metropolitana y O’Higgins, mayoritariamente.

Cómo hacer astroturismo en Chile y sus cielos despejados

Astronomía y Pueblos Ancestrales

La ubicación de los actuales centros astronómicos, coinciden con aquellas utilizadas por antiguas culturas precolombinas en la observación de los astros, cuya presencia se puede observar en diversas manifestaciones arqueológicas, entre ellas, la Quebrada Los Tambos, cercano al Observatorio Astronómico La Silla, el más grande del hemisferio sur, ubicado 160 km al noreste de la ciudad de La Serena, en la Región de Coquimbo.

Aquí se encuentran más de 500 bloques de granito y andesita, muchos de ellos cubiertos con numerosos grabados rupestres de dimensiones y densidades muy variables, mediante las cuales nuestros antepasados registraban el movimiento del sol, la luna y otros fenómenos astronómicos.

A estos fenómenos les concedían un carácter divino como reguladores de la naturaleza bajo una concepción dualista, cuyos favores propiciaban la práctica de la agricultura y ganadería.

Junto a estos sitios arqueológicos y los nuevos observatorios astronómicos, se origina una nueva oferta turística denominada arqueoastronomía, con recorridos y cabalgatas que integran lugares menos conocidos de Los  Andes, pero de gran trascendencia en la cosmovisión de las antiguas culturas andinas.

Astronomía en Chile y observación de las estrellas

Algunos observatorios:

Observatorio de Arqueoastronomía Andina Paniri Caur, ubicado en Chiu Chiu, 33 km al este de Calama, con recorridos a partir de las 21 horas desde la ciudad de Calama, que integra la observación moderna con la rica cosmovisión andina de los  pueblos originarios, mediante un programa de dos horas que incluye cursos básicos de astronomía y astrofotografía, con charla introductoria, observación de constelaciones clásicas e indígenas a través de telescopio de 14 pulgadas.

Observatorio Ahlarkapin en el ayllu de Larach ubicado en San Pedro de Atacama, que a través de tours de observación del cielo a través de telescopios de alta tecnología y visitas guiadas por rutas, excursiones a poblados y lugares arqueológicos, para apreciar, compartir y comprender el cielo nocturno andino, que todavía es interpretada por los “Lickan Antay” o atacameños, donde sus creencias, costumbres y  toda la estructura de vida son determinada por los astros.

Rincones y Valles

La “Ruta Astronómica” que se implementa en la Región de Antofagasta, recorre distintos destinos turísticos, como lo son: la ciudad de Antofagasta, los observatorio Paranal y ALMA en Chajnantor, el cráter de Monturaqui, el borde este del Salar de Atacama, San Pedro de  Atacama, los Géisers del Tatio, Calama, y diversos poblados andinos relacionados con la actividad astronómica, como Peine, Tilomonte, Tilopozo, Camar, Machuca, Chiu Chiu y Lasana en un recorrido que reúne la cosmovisión de los grupos andinos y la arqueoastronomía.

Desde Chuquicamata, 18 km al norte de Calama, se realizan observación a las estrella con equipamiento especial de primer nivel que se combinan con cabalgatas acompañados de guías especializados en arqueoastronomía por los más diversos sitios arqueológicos y poblados andinos relacionados a antiguas costumbres de observación de las estrellas.

La Región de Coquimbo, es el paraíso de los aficionados a la astronomía, donde, a simple vista, se puede observar el centro de la galaxia con facilidad.

3 días en el Valle de Elqui, visitar observatorios turísticos

En esta región uno de los principales lugares de observación de antiguas culturas andinas, se encuentra en el Rincón Las Chilcas, a 24 kilómetros de Combarbalá. Considerado como uno de los más importantes centros ceremoniales dedicado a la fertilidad y a la observación astronómica, junto a este en el Cerro El Peralito, a 3,5 kilómetros de Combarbalá se ubica el Observatorio Astronómico Cruz del Sur, un lugar privilegiado para la astronomía por sus cielos despejados, que permiten contemplar el cielo a simple vista, con binoculares o telescopios semiprofesionales.

85 km al sur de Coquimbo y  24 kilómetros al noroeste de Ovalle, se ubica el sitio arqueológico Valle del Encanto, uno de los sitios más asombrosos de américa, declarado Monumento Nacional, importante centro artístico, astronómico y ceremonial de gran importancia en el desarrollo de antiguas culturas prehispánicas, que corresponde a un gran número de vestigios arqueológicos de petroglifos, pictografías, piedras tacitas o morteros de más de 2.000 años pertenecientes a la cultura diaguita.

En este sitio existen notables condiciones para la observación de la Vía Láctea y de los principales objetos estelares que sólo es posible ver desde estas latitudes: cúmulos abiertos, galaxias irregulares, nebulosas estelares, cúmulos globulares y planetas.

Al sur de la confluencia de los ríos Illapel y Choapa y a 6 km al poniente de la ciudad de Illapel, en la Región de Coquimbo, se ubica el sitio arqueológico de Cuz Cuz, sobre una superficie aproximada de 35 km2 se encuentran alineaciones de 122 petroglifos y 25 piedras de tacitas, que permitían a antiguas ocupaciones indígenas determinar eventos solares como solsticios y equinoccios; donde además existen claras evidencias de observaciones del movimiento de las estrellas y de eventos lunares, en lo que podría ser considerado como  un observatorio astronómico rupestre de la antigüedad.