Paseos por el río Chepu revelan la avifauna escondida de Chiloé

Como un tesoro escondido en el corazón de Chiloé han calificado los paseos ecológicos por el río Chepu, ubicado a menos de 40 kilómetros de Ancud. El más caudaloso de la Isla Grande, es dueño de una hoya hidrográfica donde confluyen 8 ríos, transformándose en una de las zonas con mayor diversidad de avifauna y bosques nativos del país.

Mágicos recorridos organizados por los propios pobladores de la isla a través del Sindicato de Pescadores de Chepu, que han implementado tres tipos de paseos por las tranquilas aguas del lugar, preocupándose de utilizar barcazas totalmente silenciosas para no generar contaminación auditiva que dañe a los animales.

Y es que en cada uno de los recorridos no sólo se puede disfrutar de una belleza escenográfica sin igual, sino también del avistamiento de diferentes animales y actividades como kayak, stand up paddle y Trekking, en playas casi vírgenes cercanas al Parque Nacional Chiloé.

Chepu.chiloe

Bosque submarino y pingüinos

El primero circuito recorre la laguna Colico. Lugar soñado por los seguidores del birdwatching, acá conviven aves de diferentes tipos como cisnes de cuello negro, martín pescador y la gaviota de Cahuil, entre otras, formando un pequeño santuario de la naturaleza. La mejor hora para embarcarse: las últimas de la tarde, cuando el sonido de las aves contrastan con la caída del sol regalando una experiencia de otro mundo a los visitantes.

¿Interesado en el fototurismo? El segundo recorrido te dejara maravillado. Se trata de una navegación de casi dos horas que recorre el islote de Ahuenco, donde se pueden tomar imágenes de aves que anidan en la zona, para luego dirigirse al islote de Metalqui, donde avistar familias de pingüinos y lobos marinos es el objetivo.

El tercer viaje está pensando para  los turistas interesados en la historia y los hechos curiosos, ya que pasea por los humedales del río Chepu, entre los ríos Puntra y Butalcura, donde hay un bosque de árboles muertos sumergido en el agua. Una hermosa formación natural producida tras el terremoto de 1960 que afectó al sur de Chile y que transformó a las copas de estos árboles en el lugar favoritos de aves como la garza blanca para anidar.

Atractivos panoramas que culminan con una  degustación de productos del mar y artesanías de la zona, potenciando la experiencia de gran valor paisajístico y totalmente sustentable al utilizar recursos de la propia localidad e impulsar a Chepu como un destino verde imperdible.

Fotos: (cc) Benjamin.