Una chilena que se ha sobrepuesto a la vida, deportista ejemplar para muchos. Hablamos de Verónica Bravo, una corredora de tomo y lomo que recorre los paisajes más prístinos de nuestro país en busca de la aventura. Ella será una de las participantes del Ultra Trail en Torres de Paine, que se realizará este fin de semana en la octava maravilla del Mundo.
1- ¿Cómo fue que te iniciaste en el Ultra Trail?
El 2013 fue un año decisivo luego de Licenciarme de Profesora de Educación Física, hasta entonces, competía arduamente enfocada 100% en las carreras de aventura, eventos en los que las distancias llegaban a veces a los 800k non stop pasando por varias disciplinas.
Competía en alrededor de 5 a 7 eventos del ARWS, circuito mundial de raids por año. Gracias a esto, no fue drástico pensar en un Ultra Trail, de hecho partí con un 100k y me di cuenta que a través del trail puedo experimentar ciertas sensaciones de flujo que no lo hacía antes, por el hecho de tener que ir en la carrera pensando en la logística y estrategia en equipo.
Lo que es entretenido y lo sigo haciendo, pero a veces necesito esa libertad de pensamiento, ese momento de conexión intima o tan sólo disfrutar el momento en el que estas, esas sensaciones cada vez que corro se vuelven más intensas y la armonía alcanza el todo.
2- Sabemos que tuviste una lesión importante, ¿Nos puedes explicar que fue lo que te pasó?
Tuve un accidente en junio del año 2006, en el Patagonia Expedition Race Invernal. 6 etapas de carrera incluyendo entre sus disciplinas el kayak, trekking y bicicleta de montaña. Esta primera edición se desarrolló en las zonas de Torres del Paine y Tierra del Fuego, al extremo sur de América.
El clima estuvo de acuerdo a lo que se esperaba para esa época del año: cielo azul, precipitaciones mínimas, bajas temperaturas, y ausencia de vientos, que es la gran diferencia con otras estaciones del año. Lo importante de recalcar es que el día del accidente había 22 grados bajo cero.
Sufrí quemaduras por congelamiento en ambos pies con exposición de maléolos y daño en el tendón de aquiles izquierdo, fueron 14 operaciones, 7 meses de hospitalización, injertos hasta de epidermis de tiburón y días de mi vida que fueron una completa eternidad, la recuperación completa duro 1 año.
No podía sostenerme en pie más de un minuto, con el tiempo, era complicado tomar hasta locomoción pública. La rehabilitación fue dura para la mente y corazón y el mayor logro por mucho tiempo fue poder volver a caminar en primera instancia.
3-¿Cómo hay que prepararse para una carrera de esta envergadura?
No subestimar la distancia, por muy preparados que estemos, el adversario principal acá es el factor climático y al pasar las horas el frío se apodera de ti. Así que es fundamental pensar en un buen equipamiento técnico, abastecerse bien de carbohidratos previo al evento, e hidratación.
4-¿Qué se siente estar corriendo en uno de los lugares más lindos del mundo?
Para mí ningún lugar puede ser más evocador que este sur extremo, protegido por el tiempo, la distancia, la historia, por su geografía deslumbrante, su clima incansable, y creo que no hay otro lugar en el mundo en donde esta sensación penetre tus huesos y te recuerde a cada instante que estamos llamados a fundirnos con él, eso es correr en la Patagonia.
5-¿Cuáles son tus expectativas para este año?
La verdad es que hace una semana se me ocurrió inscribirme en este evento, no estaba dentro de los planes, bueno en realidad mis planes cambian constantemente.
Pero necesito sumar distancia para enfrentar las carreras que quedan del año y se me vino a la mente contactarme con la organización para ver la posibilidad de estar presente en los 50k. Siendo un lugar atrayente a la vista de cualquier amante de la naturaleza como yo es difícil no estar ahí.
6- ¿Qué es lo más desafiante en el momento en que te encuentras corriendo estas carreras extremas?
Lo más desafiante es preparar mi mente para lo imprevisto.
Fotos: Juan Mata-Lorenzen